¿Puedo dar Reiki si estoy enfermo-a? | Preguntas frecuentes sobre Reiki

¿Puedo dar Reiki si estoy enfermo-a? | Preguntas frecuentes sobre Reiki

¿Puedo dar Reiki si estoy enfermo/a?

Preguntas frecuentes sobre Reiki

Rita Darias preguntó:
Ayer escuché el curso entero, me ha encantado y, como no, me han surgido muchas preguntas. En alguno de los capítulos has dicho que si no estás sana, no puedes dar Reiki. A mí me encantaría aprender Reiki para mí y para mi familia, pero tengo cáncer. Aunque no tengo síntomas y me siento bien, tengo ese diagnóstico. ¿No puedo dar Reiki a nadie en esta condición? He pensado que, si logro vibrar alto con ayuda del Reiki, quizás sí podría ayudar a los demás.

Gracias por tu mensaje y por abrir tu corazón, Rita.
Me alegra profundamente que hayas disfrutado del curso, y valoro mucho que te haya despertado tantas preguntas. Eso ya es señal de que estás conectando con la energía del Reiki desde un lugar consciente y profundo.

Respecto a tu situación: te abrazo con todo mi respeto y amor.
En el video menciono algo que para mí es esencial: si estamos atravesando una enfermedad, antes que nada, debemos ocuparnos de nosotras mismas.

El Reiki es una energía maravillosa que sí puede ayudarte a vibrar más alto, a ganar claridad y fortaleza, pero también requiere de nosotras compromiso, presencia y responsabilidad.
Por eso, no recomiendo aplicar Reiki a otras personas mientras estás en tu propio proceso de sanación, especialmente si se trata de algo tan delicado como un cáncer.
No porque no seas capaz, ni porque la energía no funcione, sino porque este es tu momento de recibir, nutrirte y sanar sin exigencias.

Tu idea de vibrar alto para ayudar a los demás es hermosa… y estoy segura de que llegará el momento en que lo hagas.
Pero antes, sé canal para ti misma.
Date Reiki con amor, acompáñate en cada paso, y fortalece tu luz interior. Cuando tu energía esté clara y equilibrada, compartir Reiki será algo natural y liviano.

¿Por qué no se recomienda dar Reiki a otros si uno está enfermo?

  • Porque la práctica exige estabilidad interior. Aunque el Reiki no use nuestra energía, canalizar requiere una actitud de presencia, serenidad y entrega. Una persona en tratamiento puede necesitar toda esa fuerza para sí misma.
  • Porque la ausencia de síntomas no garantiza equilibrio energético. Estar “bien” no siempre significa que todo esté en armonía. Y eso puede influir sutilmente en la práctica.
  • Porque el propósito del Reiki, en tu caso, debe ser interior. Reiki es para ti primero. Eso no es egoísmo: es sabiduría y amor propio.
  • Porque aunque Reiki no transmite enfermedad, sí transmite vibración. Y una enfermedad profunda puede teñir el campo energético desde el que se canaliza.

No se trata de prohibirte dar Reiki a otros. Se trata de invitarte a priorizar tu sanación primero, y desde ahí, si llega el momento, abrirte a compartirlo.

No es un “no”. Es un “todavía no”.
Es un “primero tú, con amor, sin prisa”.

Ahora bien, puedes vivir el Reiki de muchas maneras hermosas, incluso en compañía. Puedes compartir el curso con personas cercanas que también estén interesadas en este camino, permitiendo que crezcan juntas en conciencia. También puedes recibir Reiki de otros, ya sea en forma presencial o a distancia, si tienes cerca a alguien que lo practique con respeto y entrega.

Además, puedes comenzar a explorar la energía con seres vivos que no te exijan tanto en lo emocional. Por ejemplo, puedes practicar con plantas que estén pasando por un momento delicado, o aplicar Reiki al agua que bebes, a los alimentos que consumes, e incluso a los medicamentos que tomas.

Lo importante es que te permitas empezar con suavidad, sin forzarte, y que observes cómo te sientes en ese proceso. Presta atención a cómo responde tu cuerpo, tu energía y tus emociones al dar. No hay prisa, ni exigencias, ni caminos únicos. Solo escucha tu ritmo y tu verdad interior.

Este camino es tuyo. Estás en el momento justo. Y lo más importante ya lo estás haciendo: escucharte a ti misma con amor y respeto.

Es importante recalcar que este material fue grabado hace casi nueve años, y quizá en su momento no expresé con suficiente profundidad este tema tan sensible.
No se trata de una prohibición ni de sentar un dogma. De hecho, es difícil encontrar a alguien completamente sano, y también es cierto que la energía, al pasar por ti, primero te sana a ti y luego se canaliza hacia los demás.

Sin embargo, cuando se trata de una enfermedad profunda o un diagnóstico serio, considero importante priorizar el autocuidado.

Si lo que atravesamos es algo más leve o transitorio, como un estado emocional o físico que no nos impide estar presentes, dar Reiki —como mencioné— puede incluso ayudarnos también a nosotros.

Todo parte del respeto, la escucha interior y la responsabilidad energética con uno mismo y con los demás.



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Créditos de imagen: generada con inteligencia artificial (IA) gracias a ChatGPT de OpenAI.


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